miércoles, 27 de enero de 2021

Regresando a casa

Inicio este post con mucho respeto. Los regresos siempre son complicados y más cuando se producen después de una no despedida tan prolongada.

Cuando comencé a escribir en este sitio acababa de descubrir el camino de mi salud después de una larga travesía por el desierto y quería escribir sobre ello por dos motivos. El primero, porque la escritura para mí es inicio, camino y fin; mi manera de entender, y de entenderme, en un mundo que siempre me pareció demasiado complejo. El segundo motivo tenía que ver con el deseo de comunicar algunas de aquellas cosas que a mí me costó tanto dolor y tiempo descubrir. Esas cosas que me hubiera gustado encontrar recopiladas y ordenadas en un blog.

Sin embargo, resulta que no soy tan metódica ni ordenada como para sistematizar, ordenar y exponer todos mis pensamientos de una manera entendible. Lo mío siempre fue escribir de un modo visceralmente irracional sin apenas pensamiento lógico, o al menos no de una manera consciente. Supongo que ese es uno de los motivos que hizo que, de una forma no premeditada, dejara de actualizar este blog. Escribir es algo que no he dejado de hacer pero sentía que mis pensamientos y escritos poco tenían que ver con la temática de este espacio.


Razón frente a sentimiento. Este debía ser un lugar en el que publicar mis escritos más racionales. Pero cómo escribir de un modo racional cuando sentía el mundo volverse cada vez más irracional.

Un libro a mi derecha y otro a mi izquierda. El de la izquierda va de técnicas de respiración y el de la derecha de filosofía presocrática. En una estantería a mi espalda puedo encontrar también poesía y novela, más filosofía y ciencia.

No sé contar las veces que he iniciado la escritura de un post de regreso para luego decidir que no encajaba en la temática de este blog ni en la de su blog hermano. Nuevas vivencias, ideas y proyectos. Me caí y me levanté, seguí aprendiendo, me perdí en los detalles para luego fusionarme con el todo. Pero sentía que no tenía demasiado sentido publicar sobre esas cosas.

En mi obsesión por definir y separar lo que está unido quise mantener mis universos separados. Aquí debía escribir sobre alimentación, allí sobre ejercicio físico. El gluten (su ausencia) era la conexión natural en tanto que condición necesaria para mi salud. Pero el mundo no es tan simple y los compartimentos estancos acaban teniendo filtraciones.

Durante este tiempo he seguido aprendiendo y modificando algunos de mis hábitos relacionados con la alimentación y el ejercicio. Sigo comiendo sin gluten y sin algunas otras cosas, también sigo pisando piedras con los pies descalzos. Pero otras cosas importantes han pasado.

Quise parar el tiempo a la espera de que llegara uno mejor. Mantenía la esperanza de volver a ser la que solía. Pero la sorpresa de una nueva cotidianidad me pilló desprevenida. Ya no soy, del todo, la persona que era. Una parte de mi racionalidad se niega a seguir siendo razonable y ya no me parece lógica una vida compartimentada.

Llevo días revisando y repensando este espacio, días dejando ir palabras escritas en busca de algo de claridad para mi caos. Y mis pensamientos me llevan con una pertinaz insistencia a un mundo nuevo poblado de diversas perspectivas. Alimentación y movimiento, respiración, sueño, evolución, sol, poesía, frío, pensamiento, letras, sentimiento, piedras, personas y sueños.

Camino, siento, como, amo… Pienso luego existo. Hace tanto que la dualidad cartesiana dejó en mi mente de tener sentido que me cuesta entender cómo he podido estar tanto tiempo desconectada de algunas partes de mi yo.

Este post viene a romper una dinámica iniciada hace unos años de convulso silencio mediado por el miedo irracional a fomentar, con la exposición, el dolor.  Pero ahora que el mundo entero ha decidido cambiar me parece poco razonable seguir manteniendo calladas mis letras.

Sigo identificada con los contenidos de este blog pero no puedo ni quiero negar que no soy la misma que era cuando comencé a escribirlo, ni cuando dejé de actualizarlo. Soy más mayor y menos inocente. Aprendí algunas cosas y olvidé otras. Me rompí varias veces y me recompuse. Hoy quiero seguir hablando de ello. Desde aquí seguiré escribiendo sobre alimentación, gluten, autoinmunidad, salud… Pero quizás lo haga de un modo más irracional y poco ortodoxo, más libre al fin.

Alguien dijo un día de mí que podría acabar muriendo de error de imprenta. Eso ha sido asombrosamente aplicable para gran parte de mi vida en la que he reverenciado el contenido de los LIBROS, así en mayúsculas, y por extensión el de los prospectos, diccionarios, enciclopedias y demás documentos escritos imprenta mediante.

Sigo fascinada por las letras y no concibo un solo día sin su compañía pero también he aprendido que algunas de las cosas más importantes de este mundo no están en los libros ni tampoco en los estudios científicos. Eso no significa que debamos renunciar a la racionalidad pero tampoco podemos olvidarnos de sus límites. Y digo esto porque en este blog siempre he tratado de ser rigurosa con el contenido tratando de buscar en todo momento la rigurosidad científica. Esa pretensión va a seguir estando ahí pero asumiendo las limitaciones del conocimiento científico en tanto  que constructo humano que no debe mantenerse ajeno a la crítica.

Pondré un ejemplo. Quien siga este blog sabe que yo no consumo gluten pero tampoco otros cereales o pseudocereales sin gluten como la quinoa o el maíz. ¿Hay fundamentación científica para ello? Sí, aunque algunos (muchos) expertos sigan manteniendo lo contrario. Pero el motivo por el que yo dejé de tomar estos alimentos no fueron los estudios científicos, tampoco es algo que hice porque sí, tenía motivos racionales para hacerlo, pero sobre todo tenía motivos viscerales que tenían más que ver con observarme a mí misma que con leer (aunque la lectura siempre ayuda). Ver que la ciencia te da la razón es agradable pero nuestra vida es más que lo que digan unos papers u otros (y más cuando a menudo los papers se contradicen). De esto espero hablar con más calma en otro momento. Por ahora me basta con mencionarlo como ejemplo.

2 comentarios:

  1. Un placer leerte. Qué bien que hayas vuelto :D

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    1. Un placer verte por aquí. Yo también estoy contenta de haber vuelto. Intentaré no volver a ausentarme durante tanto tiempo

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